Cortez al desnudo
CANCION DE AMOR PARA MI PATRIA
    Letra: Alberto Cortez
    Música: Alberto Cortez
 
Cuando uno vive lejos de su país natal, al menos eso es lo que a mí me pasa, no se por qué razón uno se vuelve más crítico con él que en otras circunstancias. Seguramente debe ser porque uno dispone de mayor cantidad de parámetros comparativos y como uno ama el sitio donde nació quisiera que fuese el mejor del mundo. De por si los argentinos somos personas competitivas, (no confundir con competentes) y de todo hacemos una competición y en ella nos jugamos la vida si es necesario. Empecemos por decir que hay una expresión popular en Argentina que dice “A mi no me gusta perder ni a las bolitas”, y de absolutamente todo se hace una competencia. Recuerdo cuando era un niño que a mi padre no le gustaba mucho Gardel, él prefería a Agustín Magaldi, en consecuencia en casa “éramos de Magaldi”. Alguna vez asistí atónito a una áspera discusión entre mi padre y un gardelista que como toda discusión enfática y obcecada, terminó sin aclarar ni sacar conclusiones de ningún tipo. Por la enorme afición al mundo del automóvil y para citar otro ejemplo, en los años cuarenta y cincuenta en Argentina “se era” de Ford o de Chevrolet y las posturas eran irreconciliables, como lo son las de los simpatizantes de Boca Juniors y los de River Plate. En la distancia los argentinos siempre andamos buscando un detalle de nuestro país que podamos exhibir como único y exclusivo y que cause asombro. O tenemos la avenida más ancha del mundo o la más larga o la mejor carne o los mejores campos. Esto me recuerda el comentario de un pobre pelagatos que un día estaba tomando un café en un bar en el que habían varios reconocidos hacendados de la zona y de pronto comenzó a llover copiosamente y el personaje en cuestión dijo en voz alta para que todos le oyera:” Mirá nomás que lluvia me pierdo, por no tener campo”. Pienso que esto responde a una vocación de protagonismo que está de tal manera arraigada en nuestro ser que somos incapaces de despojarnos de ella, sin comprender que hacerlo significaría obtener una mayor libertad de acción sin ningún tipo de condicionamientos. Para componer esta canción de amor para mi patria, he tratado de asirme al más profundo sentido de la humildad que puedan reconocer mis sentidos, sin perder de vista por supuesto el espíritu de crítica que exigen mis principios éticos. Cuando escribí esta canción, pensé que sería maravilloso escucharla un día en la voz de Mercedes Sosa. Se la hice llegar y no tuve respuesta y un día actuando juntos en Colombia la canté y cuando bajé del escenario me la encontré a Mercedes sollozando emocionada. Algún tiempo después recibí un disco en donde la gran señora de la canción argentina cantaba como una calandriaesta mi “Canción de amor para mi patria”.<
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