Parábola de uno mismo
Presento a continuación una carta recibida desde Ushuaia, Tierra del Fuego, Argentina, con un análisis en profundidad de mi canción "Parábola de uno mismo".
Gracias por leerla.
AlbertoCortez
Sr. Cortez
Debo confesar que la primera vez que escuche su canción Parábola de uno mismo, si bien entendí que era una canción muy bien escrita como muy bien interpretada, lo cual no es una novedad en Usted, sin embargo quizás porque el momento y el sitio donde la escuche no hayan sido los más adecuados para apreciar la intensidad de un tema como éste, no le le presté la atención adecuada. Después le presté el disco a un amigo.
Hace un par de día lo recuperé y volví a escuchar toda esa joya que es Sueños y Quimeras. Al llegar al track “Parábola de uno mismo”, me propuse escuchar esa canción poniendo en el intento mis cinco sentidos. También debo confesar que fue un descubrimiento y que por ello me obligué a a escucharlo un par de veces más analizando en profundidad el texto... Se nota, Sr. Cortez, que su estado de ánimo cuando escribió esos versos no era precisamente el de una álgida circunstancia. El texto, magistralmente escrito, pasa por todos los aspectos de una vida plena, desde la juventud con la urgencia de subir “de a cuatro los primeros escalones” y de llevar todas las luces encendidas en ese todavía no saber lo que en realidad se persigue, pero sin dejar de correr a base de quemar energía sin tregua. Después la referencia a esa arrogancia propia de una juventud exultante (los humos se confunden con las nubes subestimando a todos los de abajo). Después hace usted referencia a la transformación del joven en adulto cuando asume que “uno es un montón de etiquetas” y sigue con una muy poética manera de reconocer lo que realmente somos en la actualidad la mayoría de las personas, es decir, carne de escaparate y personajes de opereta y más aún, frutos de consumo consumado (esta frase es muy feliz como metáfora). Lo que sigue demuestra la entrada en una cierta depresión fatalista. Olvida usted decir que si bien uno es una herramienta que tiran cuando ya cae en desuso, como tal herramienta ha cumplido una función importante si ha sido útil. Olvidos aparte no deja de ser una realidad veraz y de alguna manera algo triste.
Acto seguido comienza a notarse ese egoismo que llega con la edad cuando su Ego desbordado no concibe que “otros vengan empujando”.
Ya acercándose al final proyecta Ud una sabia reflexión sobre la ingratitud de los falsos alagos y la llegada de la inevitable decadencia, que no decrepitud supongo, al iniciar el camino de bajada. De todas maneras recupera Usted a un resto de fuerza para alzar una voz de protesta y continúa con una declaración de derrota tan válida como puede ser una declaración de triunfo frente a la adversidad en aquello “lo que ha querido ser y que no ha sido”. Por fin, las dos últimas estrofas si bien son muy hermosas poéticamente hablando, no dejan de ser terribles, especialmente en ese resumen definitivo que empieza por “abrir todas las puertas y termina a solas con si mismo”. Es una de las imágenes más exactas que he escuchado jamás sobre la soledad. En fin, Sr. Cortez, no quise privarme de este comentario sobre una de las canciones más intensas y emocionantes que he escuchado en mi vida.
Espero no se moleste Usted por esta manera mía de entrar en su vida, pero no pude ni quise evitarlo .
Saludos cordiales.
Ezequiel Estévez, Ushuaia, Tierra del Fuego, Argentina
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