Carta al Diablo
CARTA AL DIABLO
Don Diablo: Comprendo su actitud aunque eso no signifique que la justifique. Comprendo que sus actos en principio se limiten a aprovecharse de ciertos descuidos de Dios con respecto a lo que sucede en el mundo. Descuidos que en realidad no son tales pues creo que con ofrecernos el libre albedrío.Dios se lavó las manos relevando su responsabilidad sobre los seres humanos. Usted que es muy listo campa a sus anchas sobre todas las debilidades humanas que tienen de por si una interminable lista de falencias con las que Ud. puede manipular desde el cero al infinito.Sabrá porque su capacidad de mirar el mundo es total que incluso hay sectas e ideologías que le han convertido en el punto de destino de sus más caras expectativas y le rinden generalmente secretas devociones.Lo más fácil en esta carta sería reclamarle por las guerras,las pestes y demás catástrofes que sufrimos los humanos, pero no se trata de hacer apología ni propaganda alguna de sus maléficos talentos que evidentemente Ud. no necesita,sino adentrarme un poco en la sutil movilidad de sus mañas para conseguir sorprendentes resultados. Una de mis preocupaciones mayores por no decir la mayor, es como se las arregla Ud. para manipular a los responsables de la justicia humana, esos legisladores y jueces de los que dependemos todos de una u otra manera. Con qué argumentos les convence para responder a sus designios más ominosos?.Qué suerte de promesa les ofrece para actuar a su entera conveniencia?. Como verá me interesa más la condición humana sometida que cualquier catástrofe por grave e inmensa que sea, lo digo porque el pleno ejercicio de la justicia es el principio básico de la libertad, esa regla de convivencia absolutamente imprescindible para la vida. Yo sé y resultaría casi impropio de cualquier forma de inteligencia recordar sus manejos históricos para impedir el total ejercicio de esa libertad en cientos y miles de ocasiones a lo largo de la historia de ésto que llamamos humanidad.Dictaduras y una larguísima retahíla de recursos para someter desde cualquier estrado a los disidentes. los rebeldes los soñadores incrédulos ante la falacia de tiranos, dictadores, déspotas esclavistas y demás elenco de seres tan despreciables como abominables.Seguramente su técnica preferida es hacerles creer que son dioses todopoderosos.
De vez en cuando,supongo que también por algún leve descuido suyo,nos da el dulce de una democracia que creemos que es la mejor filosofía para una convivencia relativamente justa.Pero ante semejante descuido pone Ud. en marcha una serie interminable de recursos para impedir que ese aire fresco refresque más de lo permitido por sus intenciones.
Ay don Diablo,qué manera de perder el tiempo!!,es que todavía no se ha dado Ud. cuenta de que los humanos somos unos bichos tan raros que somos capaces de resistir hasta el fuego de sus infiernos en nuestras plantas. No se ha dado Ud. cuenta de que tenemos una coraza impenetrable que es la de nuestras imperfecciones y que esa coraza está adherida a nuestra piel y que por más que Ud. insista no damos el brazo a torcer. Guerras, traiciones, miserias y todo el repertorio de atrocidades que celosamente guarda Ud. en su enorme caja, pués cada vez que la abre nos hace más fuertes y menos vulnerables.
Lo siento por Ud. don Diablo, pero creo que se ha equivocado de planeta.Seguramente en el infinito cosmos encontrará quién tiemble ante su presencia y su poder y logre más éxitos de los que pueda sembrar y cosechar aquí, ó es que no se ha dado cuenta de que aquí ya tenemos quién se ocupa de recoger esa cosecha!
Le saluda atentamente:
EL HOMBRE
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