Flores de
Ay Renata, Renata, qué sorpresa
pisar el escenario y en el centro,
delante de mis ojos tu presencia
en un ramo de flores gigantesco.
Subió mi corazón a la garganta
y siguió viaje a humedecer mis ojos,
después volvió a bajar y ya era tanta
la emoción que a mi voz puso cerrojo,
para evitar quebranto ante la gente
que vivieron conmigo ese momento
tan sutil, tan intenso y transparente.
Comenzó la actuación y te comento
que canté para ti exclusivamente
mi canción más feliz, la que más siento.
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